Resulta que un tipo entra a un banco y le dice a la cajera, sin saludarla:
- Quiero abrir una cuenta en este banco de mierda.
Sorprendida, la cajera le responde:
- ¡Por favor, señor! Le ruego un poco de educación.
- ¿Ah, sí, tarada? ¿Y por qué no puedo hablar así? ¿Quién carajo sos vos, sorete, para impedírmelo?
La empleada, cada vez más sofocada y mirando a su alrededor, continúa:
- Señor, se lo suplico, hable con corrección.
- Pero, ¿me entendés o no, pelotuda? Yo sólo te dije que quiero abrir una cuenta en este banco del orto.
La cajera, fuera de sí, se va y regresa con el gerente del banco, a quien había puesto al tanto de la situación.
- Disculpe caballero, ¿puedo ayudarlo en algo? - pregunta el gerente.
- Sí, pajero, claro que sí - le responde el tipo.
– Me acabo de ganar 350 millones de dólares en la lotería y quiero abrir una cuenta en este puto banco..
- Ajá - responde el gerente - ¿Y esta conchuda lo está molestando?
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