Una señora de unos 50 años se va sin su esposo a un Congreso a Cuba.
Cuando llega al hotel de La Habana encuentra en su habitación a un hombre de color de dos metros, desnudo con todos los atributos físicos a los que se asocia a esta etnia.
Hacen el amor una y otra vez hasta que amanece...ella le pregunta:
- Mi amor ¿cómo te llamas?.
Y él responde:
- No te lo pienso decir, porque te reirías.
Y así día tras día durante una larga semana siguen juntos, hasta que llega el día de regreso a Argentina.
El muchacho la acompaña al aeropuerto. Y una vez más y antes de despedirse le pregunta:
- Por última vez, dime cómo te llamas.
Él le responde:
- Prométeme que no te vas a reír... Me llamo Nieve....
La señora suelta una gran carcajada y el cubano le dice:
- ¿Ves como te reíste...?.
Y responde la señora:
- No me río de tu nombre, sino de la cara que va a poner mi marido cuando le diga que ¡¡¡estuve una semana en Cuba con 25 centímetros de Nieve!!
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