Tres hermanos que vivían lejos de
su pueblo natal y se habían vuelto
ricos, discutían para ver quien
había hecho, a la madre, el mejor regalo en su día.
El primero dijo, "Yo le
construí una mansión."
El segundo dijo, "Yo le
envié un Mercedes con todo y chofer."
El terceró sonrió y dijo,
"Yo les gané a los dos.
¿Recuerdan cómo le gustaba a mamá leer
la Biblia? Y cómo ustedes saben ella ya casi no puede ver. Así que yo le
conseguí un loro que recita la Biblia entera. Les tomó 12 años a
los monjes de un convento para enseñarle. Es un loro único. Mamá
sólo tiene que decirle el capítulo y el verso y el loro se lo
recita."
Poco después, la anciana señora
envió cartas de agradecimiento a
los tres:
"José, la casa que me
construiste es tan grande que yo sólo ocupo
un cuarto y tengo que limpiar todo
el día."
"Pedro, estoy muy vieja para
viajar, así que rara vez uso el
Mercedes. Y el chofer es un
haragán..."
"Querido Manolo, tú si que
sabes lo que le gusta a tu madre...
La gallina estaba deliciosa."
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