-Sí, ¡muy bien!
-¿Los chicos están bien?
-No te preocupes, amor, ellos están de lo mejor.
-Perfecto. ¿Almorzaron?
-Si, almorzaron muy bien.
-Ah, ¡qué bueno! Dime, preciosa, ¿qué cocinaste para la cena?
-Lomo a la pimienta.
-¡Mi plato preferido! ¡Te adoro, divina! Tú, siempre complaciéndome. Dime, ¿todo está tranquilo en casa?
-Todo bien, te espero con la cena caliente, y luego el «postre» que tanto te gusta.
-No me digas esas cosas, que me dan ganas de volar hacia allá, ahora mismo. ¿Me prometes que esta noche te pones esa tanguita de hilo dental que me explota la cabeza?
-Como mandes, dulzura, sabes que soy tu esclava.
- ¿Sí? Gracias, preciosa, por eso te quiero tanto. Bueno, amorcito, ahora pásame a mi esposa un momento, ¿sí?
-¡Patronaaa! La llama el ingeniero
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