lunes, 2 de febrero de 2015

Rezo

Por primera vez en mi vida, la semana pasada fui a una reunión de la tan criticada Iglesia Universal y compartí las prácticas y plegarias de los presentes.
De pronto, el Pastor se acercó al lugar donde yo estaba. Me miró fijo y me señaló con el dedo.

Piadosamente, me arrodillé y él puso sus manos sobre mi cabeza y exclamó con voz fuerte: "Você  va a caminhar."
Yo le contesté por lo bajo: "Pero no tengo ningún problema motriz".

Él ignoró mi respuesta y, casi gritando, volvió a exclamar: "¡Irmâo, você  va a caminhar!"
Toda la Asamblea , con las manos en alto, empezó a gritar:  "¡Você va a caminhar!"
Intenté nuevamente explicarle que no tenía ningún problema con mis miembros inferiores, pero fue en vano.
Él repetía cada vez más fuerte y con mayor energía: "¡¡¡Você va a caminhar!!!", mientras la asamblea en trance gritaba aún más fuerte: "¡¡¡Hermano, você va a caminhar!!!"

Opté por callarme y no dije más nada.

Cuando terminó el acto dejé la asamblea y, créanlo o no, el maldito pastor tenía razón:

¡¡¡Me habían afanado el auto!!!

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