viernes, 29 de mayo de 2015

Un hombre, que tiene una perra a la que protege mucho, acepta cuidar el perro de unos vecinos durante sus vacaciones. Entonces, para evitar que se acerque a la suya, lo deja en su jardín atado con una correa.
 
Sin embargo, una noche, mientras está por dormirse, escucha unos aullidos agudos provenientes del jardín: el perro consiguió liberarse y montar a la perra, pero ahora no pueden desengancharse.
 
Desesperado, y a pesar de lo avanzado de la noche, el hombre corre al teléfono para llamar al veterinario. Del otro lado, se oye una voz cavernosa, y se produce el siguiente diálogo:

-¿Doctor Fernández? ¡Discúlpeme por la hora, pero no logro separar al perro de mi vecino que se subió a mi perrita! ¿Qué hago?

-Mire -responde el veterinario con el mismo tono-. Ahora cuelgue. Lleve el teléfono al lado de los perros, y yo lo llamo.
 El ring le va a hacer bajar la erección.
 
-¿Pero eso funciona?.....

- Y....,al menos conmigo funcionó.

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