En un monasterio había un sacerdote que
acostumbraba bañarse todas las noches en su tina, ayudado por una hermana
religiosa, quien había sido educada en la misión de ayudar al padre en lo que
necesitara, durante su baño cotidiano.
Una mañana la hermana se encuentra con
la Madre Superiora , y le dice:
Madre, ¡He sido salvada!
¿Pero
cómo ha ocurrido tan magno evento, querida hija?
Anoche, mientras ayudaba
al padre José con su baño, él tomó mi mano y la llevó hasta su entrepierna, y me
dijo que esa era la llave del cielo y que sería necesario probarla con mi
cerradura para ver si se abren las puertas del paraíso para ser salvada.
La
Madre Superiora dice: ¡Viejo desgraciado! ¿Y qué más pasó?
Bueno, probamos la cerradura, él me dijo que al principio dolería un poco,
porque el camino al cielo era difícil y doloroso, pero que al final sentiría un
gran placer.
Dice la Madre Superiora : Viejo hijueputa !!!
Y a mí que
me tenía engañada con que era la trompeta del Arcángel San Gabriel, y se la
estoy soplando desde hace 20 años
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