sábado, 2 de enero de 2010

Estacionamiento

Un abogado está llegando tarde a una reunión importantísima y no encuentra lugar para estacionar el coche que maneja.
Eleva las manos al cielo, cierra los ojos e implora:
– Señor, por favor, ¡consígueme un estacionamiento y te prometo que iré a misa todos los domingos del resto de mi vida, dejaré las drogas, el alcohol y las prostitutas y no me acostaré más con mi secretaria, la casada!

Instantáneamente, aparece un lugar para estacionar en la puerta del edificio de la reunión.
El abogado estaciona y dice:

–Ya no te preocupes Señor, ¡encontré uno!

No hay comentarios: