Estaba Chucho conversando en la cama con su recién casada esposa, cuando de pronto grita muy disgustado:
-¡Maldita sea! ¿Por qué no me dijiste antes que yo sería el treceavo hombre con el que te has acostado?
-Uy!, -responde ella sorprendida, y añade: -Si yo hubiera sabido que eras tan supersticioso, ni te hubiera hablado de ese tema...
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