jueves, 9 de junio de 2016

El misionero

Un misionero, en el Congo, bautizó a un negro, que se llamaba Zombo. Lo sumergió en el agua y le dijo bautizándolo:
–Tú, de ahora en adelante no te llamarás Zombo, sino José. Y el buen Dios te manda que no comas más carne el día viernes... a lo sumo puedes comer carne de pescado–.
A viernes siguiente, al pasar ante la choza de José, el misionero lo sorprendió comiendose una pierna de cordero, y cuando iba a comenzar el reproche, el negro lo atajó y le dijo:

–Vea, padre: yo no cometo pecado, pues antes de matar al cordero, lo metí en el agua y le dije: "Tú no te llamas más cordero, te llamas pescado".

No hay comentarios: