viernes, 24 de julio de 2009

de Vendedores y Vendedoras II

- Vengo a devolver esta tostadora que compré ayer, porque no funciona...
Lamentablemente, no podremos reembolsarle su dinero, porque la compró con una oferta especial.
Entonces, la mujer levantó losbrazos y comenzó a gritar:
-Agarrame las tetas, agarrame las tetas...!
El empleado, aturdido, corrió a llamar al gerente, mientras una multitud de clientes se acercaba a ver qué pasaba. El gerente le preguntó a la mujer:
- Pero, ¿qué le pasa señora? Ella le explicó el problema de la tostadora, y él le repitió la misma excusa dada por el empleado..
- ¡Agarrame las tetas, agarrame las tetas...! siguió gritando,,, Ahora, todos los clientes los rodeaban, y el gerente, abrumado, le dijo:
- ¡Por favor, señora, cállese..! ¿Por qué está gritando eso?
- ¡Porque me gusta que me aprieten las tetas cuando me están cogiendo! (La multitud estalló en aplausos, cuando rápidamente le devolvieron el dinero)
*
Juan no tenía problemas y era feliz. Un día empezó a sufrir dolores de cabeza, ligeros al principio,pero que fueron aumentando hasta llegar a ser insoportables.
Cuando su trabajo y su vida empezaron a ser afectados poreste problema, Juan se decidió a ir al médico.
El especialista lo examinó, realizó radiografías,muestras de sangre, de heces, de orina, y por fin le dijo:
-Le tengo una noticia buena y una mala.La buena es que puedo curarle sus dolores de cabeza.La mala es que para hacerlo tendré que castrarlo.Usted sufre una rara situación en la que sus testículos oprimen la base de su columna vertebral,y eso le causa dolores de cabeza. La única manera de remediarlo es extirpar sus testículos.
Juan quedó deprimido, pero sus jaquecas empeorabany desesperado decidió someterse a la operación.
Al salir del hospital, el dolor de cabeza había desaparecido porcompleto, pero se sentía abatido y desanimado, como si le faltara una parte de sí mismo (obviamente).
-Lo que necesito es un traje nuevo- se dijo
Así que entró en la tienda y pidió un traje.El vendedor lo observó por un momento y dijo:
-Muy bien, talla 44.
-¡Exacto! ¿Cómo lo supo?.
-Es mi trabajo -repuso el vendedor-.Juan se probó el traje, que le quedó perfectamente.Mientras se observaba en el espejo, el vendedor le dijo:
-¿Qué le parece una camisa nueva?
Juan respondió:-Pues, ¿por qué no?
-Veamos, ha de ser un 34 de mangas y dieciséis de cuello.
- ¿Cómo lo supo?
-Es mi trabajo -repitió el vendedor-.
Juan se puso la camisa y mientras se veía en el espejo, el vendedor le dijo:
-¿Unos zapatos nuevos?
-Por supuesto -dijo-.
El vendedor echó un vistazo a los pies de Juan.
-Un 42
-¡Exacto! ¿Cómo lo supo?
- Es mi trabajo -respondió el vendedor-
Mientras Juan admiraba sus zapatos nuevos, el vendedor le preguntó:
-¿Qué le parece si se lleva también unos calzoncillos nuevos?
Juan por un segundo pensó en la operación que acababa de sufrir, y dijo:
-¡Buena idea!
-Debe ser calzoncillo de talla 36 -dijo el vendedor
Juan se rió:
-No, se equivoca. He usado talla 34 desde los dieciocho años.
El vendedor negó con la cabeza:
-No es posible que use la 34; el calzoncillo estaría demasiado apretado, le presionaría los huevos contra la base de la columna y tendría todo el día un tremendo dolor de cabeza......
*
¿Se acuerdan de su primer condón?
Me acuerdo de mi primer condón, era cuando tenía como 16 años…
Fui a comprar un paquete de condones. La empleada de la tienda era muy bonita, y se dio cuenta de que yo era completamente novato en esas cuestiones.
Me entregó el paquete y me pregunto si sabía cómo usarlos.
Yo Le contesté con sinceridad, “No”.
Así es que Ella abrió el paquete, tomó uno de Los condones y se Lo puso en el pulgar.Ella me dijo que me asegurara que quedara ajustado y seguro.Yo, aparentemente, estaba confundido. Ella revisó la tienda.
Estaba vacía. Me dijo, “Espérate un minuto”, se dirigió a la Puerta y la cerró con llave. Tomándome de la mano, me llevo a la trastienda, se desbotonó la blusa y se la quitó. Se desabrochó El sostén y lo dejó de lado.
Me preguntó, “¿Te sientes Excitado?”
La verdad es que yo era tan bobo, que todo lo que pude hacer fue asentir con la cabeza.
Me dijo que era hora de ponerse el condón. Mientras yo me lo ponía, Ella se quitó la falda y las bragas y se acostó en el Escritorio.
“Ándale”, me dijo.
“No tenemos mucho tiempo”.
Me le subí. Fue fantástico, desafortunadamente no duré mucho, y en unos cuantos minutos todo había terminado.
Se me quedó viendo con el ceño fruncido.
“¿Te pusiste el condón?”
“Claro”,
Le dije, mientras Le enseñaba el pulgar !!!!!!!!!!!

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